Padre Pío pasó una parte significativa de su vida en el convento de San Giovanni Rotondo desde 1916 hasta su muerte. Este período se caracterizó no solo por su extraordinaria devoción religiosa, sino también por una serie de eventos místicos y milagrosos que consolidaron su reputación como un hombre de gran santidad. Los años que Padre Pío pasó en el convento de San Giovanni Rotondo fueron un capítulo rico en devoción, ministerio pastoral y fenómenos místicos.
El Padre Pío llega al convento de San Giovanni Rotondo
El Padre Pío llega por primera vez al convento de San Giovanni Rotondo el 28 de julio de 1916 por invitación del Padre Paolino. Durante estos días de permanencia en San Giovanni Rotondo (del 28 de julio al 5 de agosto), la salud del Padre Pío pareció mejorar. Por esta razón, el superior, el Padre Benedetto, le pidió al Padre Pío que volviera a San Giovanni Rotondo y que se quedara allí por un tiempo o al menos hasta que su salud mejorara aún más. El 4 de septiembre de 1916, el Padre Pío regresó al convento de San Giovanni Rotondo, donde permaneció durante los siguientes 52 años, y desde allí nunca más se mudó. San Giovanni Rotondo era en aquel momento un pequeño pueblo sobre la montaña de la Puglia, muy humilde y pobre, sin energía eléctrica y sin calles asfaltadas. Muy similar a Pietrelcina. El convento, con una pequeña iglesia adyacente dedicada a la “Nostra Signora delle Grazie” (Nuestra Señora de las Gracia) estaba aproximadamente a 2 kilómetros de distancia del pueblo y era difícil llegar a él porque no había una calle en buen estado. Al Padre Pío le confiaron la dirección espiritual de los jóvenes frailes que formaban parte del Seminario Seráfico.
Padre Pío: la guerra y el servicio militar
En 1915, en medio de la Guerra Mundial, el Padre Pío fue reclutado tres veces al frente, pero cada vez que llegaba a las barracas, su salud empeoraba. Después de 147 días de vida militar, su enfermedad se agravó a tal punto que sus superiores lo condenaron: “déjalo morir en paz en su casa”. El Padre Pío conoció la vida de las barracas y los ejercicios de la formación militar. Utilizó el uniforme militar y obedeció órdenes de sus superiores. Las breves experiencias militares causaron gran sufrimiento en su alma, tanto por el drama de la guerra, como por no poder celebrar la Misa.
Cronología
- 28 de julio 1916 Para evitarle el calor del verano le envían al convento de San Giovanni Rotondo y se queda en él una semana
- 4 de septiembre 1916 El Padre Pío obtiene permiso para regresar provisionalmente a San Giovanni Rotondo
- 18 de diciembre 1916 Vuelve a Nápoles para presentarse al cuerpo militar, pero sus condiciones físicas convencen a los médicos a mandarlo de regreso a casa con licencia extraordinaria.
- 16 de marzo 1918 El Padre Pío regresa, esta vez para siempre, al convento de S. Giovanni Rotondo.
- 5 de agosto 1918 Un misterioso personaje celestial traspasa el corazón del Padre Pío con una lanza dejándole una herida que sangra siempre: es la trasverberación.
- 20 de septiembre 1918 Ve otra vez en el coro al misterioso personaje goteando sangre y descubre que sus propias manos, costado y pies están llagados. El Padre Pío empieza a llevar en su cuerpo los estigmas, las huellas visibles de la pasión de Cristo.
- 20 de marzo 1983 Se abre oficialmente en San Giovanni Rotondo el proceso para examinar el caso del Padre Pío
- 2 de mayo 1999 El Padre Pío de Pietrelcina es proclamado Beato por Juan Pablo II.
- 16 de junio 2002 El Padre Pío de Pietrelcina es proclamado Santo por Juan Pablo II.