La Iglesia de Santa María de las Gracias (Chiesa di Santa Maria delle Grazie), construida por deseo de Padre Pío, acoge a los peregrinos con un mosaico de la Virgen de las Gracias y con imágenes de San Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta. Las reliquias que guarda permiten a los fieles acercarse a Dios a través de la intercesión de Padre Pío.
La Chiesa di Santa Maria delle Grazie (Iglesia de Santa María de las Gracias)
La nueva iglesia de Santa María de las Gracias (Chiesa di Santa Maria delle Grazie) surge como una respuesta concreta al deseo de Padre Pío de acoger el constante flujo de peregrinos que, impulsados por la fe y la esperanza, llegaban a San Giovanni Rotondo. Con el creciente número de devotos que querían participar en la misa y recibir el sacramento de la confesión, Padre Pío sintió la urgencia de crear un espacio más grande y acogedor. Un lugar capaz de recibir con dignidad y espiritualidad a la humanidad en camino. Así, junto a la histórica iglesia y el convento, se erigió una nueva área sagrada que combina la tradición con la modernidad, entrelazando el pasado y el presente en un abrazo de fe.
La colocación de la primera piedra tuvo lugar el 2 de julio de 1956, dando inicio a la construcción de una estructura destinada a convertirse en un punto de referencia espiritual. Tras tres años de dedicación, la nueva iglesia se abrió al culto el 1 de julio de 1959. Se reveló como una obra de majestuosidad y gracia. Su planta de tres naves, amplia y luminosa, acoge a los fieles en una atmósfera de solemnidad, guiándolos hacia el corazón del templo: la nave central. Aquí domina un espléndido mosaico que representa a la Virgen de las Gracias en la gloria de los ángeles. Es una imagen poderosa y llena de luz que refleja la profunda devoción mariana de Padre Pío.
Las naves laterales no son menos hermosas ni menos significativas. Aquí se encuentran tesoros espirituales como la estatua de madera de la Virgen de las Gracias, un símbolo de protección e intercesión que parece velar sobre los fieles con dulzura. Otros dos mosaicos capturan la atención, representando figuras emblemáticas de la Iglesia contemporánea: San Juan Pablo II y Madre Teresa de Calcuta. Estas obras de arte, además de embellecer el espacio, encarnan los valores de fe, esperanza y amor por la humanidad que Padre Pío siempre promovió. Junto a estas imágenes, las reliquias que se conservan añaden un nivel adicional de sacralidad, permitiendo a los peregrinos acercarse a Dios a través de la intercesión de Padre Pío.