La casa en calle Santa Maria degli Angeli – El Padre Pío, durante los años de permanencia forzada en Pietrelcina, se hospedó también en la habitación del hermano Michele en la calle Santa Maria degli Angeli (Santa María de los Ángeles) n.44 en Pietrelcina.
En esta casa el Padre Pío, ya débil físicamente, afrontó duras luchas contra el demonio: luchas espirituales, pero también encuentros físicos, durante los cuales el hermano tuvo que sufrir palizas, soportar tentaciones y sufrimientos. En una carta al padre Angostino, su director espiritual, el Padre Pío escribía: “aquellas cosas no paran de golpearme, a veces hasta en la cama, a veces logran quitarme la camisa y continúan golpeando. Pero ya no me dan miedo. Jesús es siempre amoroso conmigo, dándome las fuerzas para alzarme de la tierra y reclinarme sobre la cama”.
En este periodo tormentoso, el Padre Pío recibe confort y afecto por parte de su familia; la madre Peppa se reunía con su hijo para llevarle ropa limpia, además de ordenar su casa. A menudo lo encontraba cubierto de las heridas causadas por las batallas contra el demonio. El Padre Pío le decía: “Mamá no te preocupes. No te sorprendas. ¡La Virgen está aquí! Siempre me ha ayudado y continuará haciéndolo”.
La misma casa hospedaría a Mary Pyle, hija espiritual del Padre Pío, durante el periodo de la guerra entre 1941 y 1943, escapando a los soldados alemanes.